productos que solo crecen en estos lugares, como la uva cama-rón, el ají de páramo, los coralitos (frutos ácidos y rojos prove-nientes de un arbusto) o el vinagrillo (planta herbácea de sabor ácido y refrescante). “Los páramos son territorios sagrados, pro-tegidos. En estos lugares conozco al señor Alonso, que nos ense-ña cómo comían los muiscas antes de la llegada de los españoles. Así empiezo a encontrar ingredientes, a trabajarlos”, dice. Tanto Jefferson, como Álvaro y Antonuela ofrecen expe-riencias que invitan a descubrir la exuberancia colombiana. A ellos se suman una larga lista de vecinos con propuestas más casuales, como el Café Bar Universal (Calle 65 #4a-76) o el Café Varietale (Calle 41 #8-43). Todos ellos confluyen en Chapinero. Uno de los platos de Afluente, de Jefferson García. // One of the dishes at Jefferson García’s Afluente.