Cuando los españoles llegaron a México, en los interrogatorios a los nativos, estos les contestaban en maya “Yuk Ak Katan” o “mira lo que dicen”. De este forcejeo de entendimiento durante el colo-nialismo se adaptó la palabra con la que llamarían a esta penín-sula mexicana que hoy recoge los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, con Cancún a la cabeza como destino necesa-rio. Un recorrido de norte a sur por esta basta lengua de tierra que divide el golfo de México del mar Caribe, la descubre como un territorio pujante y lleno de sincretismo de civilizaciones. Mérida es la capital del estado de Yucatán. Aquí el día comien-za religiosamente con unos tacos, en el Mercado de Santiago (calle 57, Parque Santiago) los bañan en habanero, ese ají super picante de la región. Es una joya con arquitectura colonial, la única ciudad con trazo y edificios europeos, pues aquí se instala-ron los colonizadores. En la actualidad, es la ciudad más segura de México, a dos horas del aeropuerto de Cancún y un camino con más de tres mil cenotes. Unos tamales mayas // Some Mayan tamales © Thomas M Barwick /Getty Images Izamal, el pueblo de color dorado. // Izamal, the golden-coloured town. © Wirestock, Inc. / Alamy Stock Photo