NUNCA ANTES HABÍAESTADO EN LONDRES I HAD NEVER BEENTO LONDON BEFORE “NADA MÁS ATERRIZAR ENGATWICK, SUPE QUE ESTEPAÍS ME ENAMORARÍA”.// ENG ‘AS SOON AS I ARRIVEDIN GATWICK, I KNEW THAT I WOULD FALL IN LOVEWITH THE COUNTRY’. LONDRES LONDRES Vuelos desde / Flys from: MADRID Un vuelo diario tiene Air Europa entre el aeropuerto de Londres-Gatwick y Madrid. // There is one Air Europa flight a day between London-Gatwick airport and Madrid. www.aireuropa.com NUNCA ANTES HABÍA ESTADO EN LONDRES, pero hasta aquí volé, con 28 años, una maleta y sin saber casi inglés, dispuesto a descubrir la cocina de otras latitu-des. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Gatwick, supe que este país me enamoraría porque era un espacio para la diversidad, la cultura y la mezcla. Aquí se respiraba libertad: la gente paseaba por la ciudad sin importarle el qué dirán, sin estar pendiente de la mirada ajena. Después de 21 años residiendo en la ciudad, mi opinión no ha cambiado en ab-soluto. Por supuesto, no he perdido mis raíces extremeñas: Talaván, el pueblo de Cáceres donde nací, sigue muy pre-sente en mí. Pero Londres es también mi casa. Aquí siempre me he sentido muy querido, apoyado y respetado. Tengo que dar gracias a esta ciudad porque me ha abierto las puertas y me ha ayudado a mostrar mi cultura y mi identidad a tra-vés de la cocina que hago, me ha dado la oportunidad de ser yo. Ahora, con el Brexit, atravesamos momentos de incer-tidumbre: yo lo asumo con tranquilidad y cierta inquietud. Eso sí, tengo la certeza de que el divorcio entre Europa y el Reino Unido terminará con sentido común. Porque so-mos los ciudadanos –los que nacieron aquí y los que vini-mos buscando un sueño– quienes construimos el día a día. Mientras llega ese acuerdo, nos queda trabajar y seguir dis-frutando de esta maravillosa ciudad, como he hecho desde que aterricé en Gatwick. I HAD NEVER BEEN TO LONDON BEFORE, but I flew here when I was 28, with a suitcase and a smat-tering of English, ready to discover the cuisine in other la-titudes. As soon as I arrived in Gatwick, I knew that I would fall in love with the country because it was a place for di-versity, culture and mixture. There was an atmosphere of freedom: you could walk around the city without worrying about what others would say, without taking notice of what other people were looking at. After living for 21 years in the city, I haven’t changed my opinion at all, though of course I haven’t lost my Extremadura roots: Talaván, the village in Cáceres where I was born, is still very much in my mind. But London is also my home. Here I’ve always felt very loved, supported and respected. I have to thank this city as it has welcomed me and helped me show my culture and identi-ty through my cuisine, as well as giving me the opportunity to be me. Now, with Brexit, we’re going through a phase of uncertainty, which I calmly accept, albeit with a degree of uneasiness. However, I’m sure that the divorce between Eu-rope and the United Kingdom will end with common sense. It’s the citizens –the people who were born here and those of us who came in search of a dream– who build day-to-day life. While we’re waiting for the agreement to arrive, all we can do is carry on working and enjoying this wonderful city, just like I’ve been doing ever since I arrived in Gatwick.