© Simon Detraz Un restaurante es mucho más que un lugar donde ir a comer y disfrutar de una armonía de sabores en buena com-pañía. Sobre todo si está enclavado en París, la ciudad en la que la gastronomía es signo de identidad. Desde hace siglos, la historia de la capital francesa se ha escrito en las mesas de salones y bistrots que hoy reciben la atención de los comen-sales, tanto por su ambiente, como por la calidad de sus pla-tos y sus combinados. Mesas que también han servido como escenarios literarios: desde el café de Flore, en el que se ins-piró Patrick Modiano para su novela En el café de la juventud perdida, al Dingo Bar, donde Hemingway y Scott Fitzgerald dirimían sus diferencias entre trago y trago, o Le Dôme, en el que Kiki de Montparnasse y su selecto grupo de amigos solían comenzar la noche con una copa de champagne y un baile sobre la mesa, como cuenta Máximo Huerta en su últi-ma novela París despertaba tarde. Esta alquimia de historia y disfrute, a la que es imposible resistirse, es exclusiva de unos locales que, hace más de un siglo, comenzaron una época de esplendor que todavía no ha terminado. Bon appétit! ENG A restaurant is so much more than just a place to dine out and enjoy delicious, flavourful combinations in good company. Especially when the restaurant is in Paris, a city whose cuisine is a veritable hallmark of its identity. For cen-turies, the history of the French capital has been written on the tables of the salons and bistros that today continue to attract the attention of diners, as much for their ambience as for the quality of the food. These tables have also served as literary settings: from the Café de Flore, which inspired Patrick Modiano for his novel In the Café of Lost Youth, to the Dingo Bar, where Hemingway and Scott Fitzgerald settled their differences over drinks, or Le Dôme, where Kiki de Montparnasse and her select group of friends would kick off the evening with a glass of champagne and a dance up on the table, as recounted by Máximo Huerta in his latest novel Paris Woke Up Late. This irresistible alchemy of history and joie de vivre is exclusive to a few places that, more than a century ago, began a glittering era that lives on to this day. Bon appétit! Entrada y mesa preparada para el servicio en el restaurante Le Procope. // Entrance and table set for service at Le Procope restaurant.