Kiki de Montparnasse: © Pictorial Press Ltd / Alamy Stock Photo Hace un siglo, París se preparaba para celebrar los últimos Juegos organizados por el barón de Coubertin, el fundador del movimiento olímpico moderno, que coincidían en un tiempo en el que la ciudad era la cuna de la creación artística y en el que Máximo Huerta (Utiel, Valencia, 1971) ha situado su última novela París despertaba tarde. Para Huerta, escribir este gran relato es la forma de culminar su personal obsesión con los años veinte, “una década fascinante, deslumbrante, ingeniosa, insolente… Tenía muchas ganas de meterme en los talleres de los pintores, de sentarme en las terrazas de París, de volver a ver bailar sobre una mesa a Kiki de Montparnasse (en la foto), y la fortuna de escribir es que puedes hacerlo, porque un libro es como una máquina del tiempo”. Con esta obra, además, rei-vindica a esas “mujeres anónimas e invisibles, que se arriesga-ron a ofrecerse como modelos para los pintores”, que vivieron, amaron y lucharon por salir adelante en una época convulsa. ENG A century ago, Paris was preparing to hold the last Games organised by Baron de Coubertin, founder of the modern Olympic movement, coinciding with a time when the city was the cradle of artistic creation and in which Máx-imo Huerta (Utiel, Valencia, 1971) has set his latest novel, París despertaba tarde (Paris Woke Up Late). For Huerta, writ-ing this grand tale has been the culmination of his personal obsession with the 1920s, “a fascinating, dazzling, ingenious, insolent decade... I really wanted to go into the painters’ stu-dios, to sit on the terraces of Paris, to see Kiki de Montpar-nasse (photo) dancing on a table, and the great thing about writing is that you get to do this, because a book is like a time machine”. With this work, he is also vindicating those “anon-ymous and invisible women who took the risk of offering themselves as models for painters”, who lived, loved, and fought to get ahead in a turbulent era.